martes, 11 de septiembre de 2012

Capítulo 1: Recuerdos soñolientos.


Bárbara lleva recorriendo toda la mañana la capital, centros comerciales, sitios públicos, ha aprovechado el día para salir. Su vida en estos dos últimos años ha sido muy tranquila. El recuerdo de Santos aun lo tiene muy en mente al igual que todas las situaciones de su pasado. En este tiempo su vida a dado un gran giro, ahora viste más elegante, se comporta de otra manera, ayuda a los niños necesitados.   

Marisela llora desconsolada, en estos momentos echa en falta un figura materna. La pérdida de su bebé ha sido muy fuerte para ella además le molesta mucho que Santos este tan bien y que no comprenda su dolor. Cecilia escucha las lagrimas de Marisela y entra a la habitación, al verla llorar las dos se abrazan cálidamente.
-Cecilia: Mi niña, esto lo vas a superar, ya veras.
-Marisela: pero me duele tanto.. y me siento tan sola..
-Cecilia: Marisela, ¿Por qué dices eso? Todos estamos dándote ánimos, tu no estas sola.
-Marisela: tía no lo digo por ti, es más por Santos. Siento que cada día que
pasa se quiere alejar más de mi, ya no
lo veo feliz conmigo y pienso que para el ha sido un alivio que nuestro bebé no… naciera. 


Cecilia trata de calmar a Marisela. Busca a Santos.
-Cecilia: pero no te das cuenta de que Marisela esta mal y tu por aquí pensativo.
-Santos: es que no se que decir ni que hacer.
-Cecilia: mira ella me ha dicho algo y creo que tiene razón, ¿Qué te pasa con ella?
-Santos: nada tía, simplemete que cuando pasa un tiempo el amor ya no es tan fuerte como el primer día.  
-Cecilia: no me vengas con ese cuento, Santos, mira para las buenas y para las malas siempre estaré pero dime la verdad.
-Santos: pues bueno, la verdad, es que la otra noche estando con Marisela pensé en Bárbara.
-Cecilia: ¿Sabes lo que estas diciendo?
-Santos: si, lo se perfectamente, pero ya no que darle más vueltas. Estoy con Marisela y no he vuelto a saber nada de Bárbara.
-Cecilia: pero que descaro, ¿sigues pensando en esa mujer?
-Santos: fue solo una vez, pero ya. Me voy a ver a Marisela.
Bárbara llega al hotel y entra a su habitación, al entrar se encuentra con un ramo de rosas sobre la cama: “Para la rosa más bella” Pablo. Bárbara sonríe.  
Ella se dispone a cerrar la puerta, pero cuando se da la vuelta, el la abraza y la mira con mucho amor.

-Pablo: otra noche que no sales, por lo que veo.
-Bárbara: no tengo ganas.
-Pablo: porque no te olvidas del pasado y vives esto.
-Bárbara: ¿Y quien esta hablando de pasado?
-Pablo: tus ojos.
-Bárbara: pero que estupideces son esas.
Pablo se acerca demasiado a Bárbara, ambos se miran, pero ella rompe el silencio.
-Bárbara: dejame un poco de respiración, hazte a un lado.
-Pablo: es que me gusta mirar tus ojos de cerca.
-Bárbara: vaya tontería, no es que te quiera echar pero hoy no me apetece verte.
-Pablo: que descortes Bárbara, vaya forma de echarme.
Pablo se va , Bárbara se rie. En estos dos años, él le ha dado luz y alegría a su vida, es su confesor, lo sabe absolutamente todo sobre su vida.

Marisela aun tiene los ojos llorosos, Santos entra a la habitación,.
-Santos: no llores más, esto solo te hace más daño.
-Marisela: sabes cada día te entiendo menos. Me gustaría saber lo que te pasa.
-Santos: Marisela a mi no me pasa nada.
-Marisela: por favor no seas mentiroso, te da exactamente igual la perdida de mi bebé.
-Santos: claro que no Marisela, lo que pasa es que no se que decirte ni que hacer.
-Marisela: Santos yo no soy tonta para no darme cuenta, no me mientas por favor, no me engañes.
-Santos: Marisela mi amor, no te engaño. Jamás engañaría a la persona que más amo en este mundo.
-Marisela: ¿Y yo soy esa persona?
-Santos: ¿Y quien más si no?
Santos le seca las lagrimas de sus ojos, se van acercando y se funden en un beso.

Bárbara se pega una gran ducha, llena la bañera como antes hacía, llena de espuma y con petalos de rosa. 
 Se dismpone a buscar un pijama, coge el único que le queda limpio y ve su sombrero negro. Esto le hace recordar a esa Doña Bárbara que fue y de la que ha desquitado aunque en el fondo sigue siendo la Doña, coge el sombrero y en acto involuntario se lo pone, se mira al espejo y sonríe.  En el fondo echa de menos el Arauca, montar a caballo, bañarse el la poza de los suspiros, pero sabe que si vuelve se moriría de celos al ver a Santos con su hija, porque a pesar de todo no lo ha olvidado.
Santos esta inquieto toda la noche, sueña que ve a Bárbara en la capital pidiéndole ayuda, inconscientemente dice su nombre y hace despertar a Marisela. 
Marisela: Santos, despierta.
-Santos: ¿Qué pasa?
-Marisela: ¿Por qué decias todo el rato Bárbara?. 
-Santos: Marisela estaba soñando, yo que se.
-Marisela: ¿Piensas en ella, verdad?
-Santos: claro que no, pero no empecemos.
-Marisela: si piensas en ella, a mi la tía Cecilia me dijo que cuando piensas en algo o en alguien puedes soñarlo.
-Santos: Marisela no seas niña.
-Marisela: ninguna niña, quiero la verdad.
-Santos: te parece poco que este aquí junto a ti, ¿Qué necesitas más?
-Marisela: necesito verte como antes, que me ames de la misma forma.
-Santos: todo esta igual, yo sigo aquí a tu lado, queriéndote.
-Marisela: Santos eres un mentiroso, vete de la habitación que no te quiero ver esta noche.
-Santos: Marisela no me lo puedo creer, tienes comportamientos de niña estúpida.
Marisela le pega una cachetada a Santos, él la mira y se aleja muy cabreado. Cada vez la cosa esta peor, Marisela vuelve a llorar, es tan grande el miedo de ser abandonada por el, le duele tanto pensar en el tiempo pasado cuando él la trataba mal, como una niña y solo buscaba a Bárbara. 


Esta empezando a amanecer, Santos coge el caballo y a toda prisa se dirige a la poza de los suspiros.
Bárbara ya esta arreglada, va en busca de Pablo.

-Bárbara: Pablo, abre, venga no me hagas perder más el tiempo.
-Pablo: es lo que te mereces por lo de ayer.
-Bárbara: no seas tonto y ya abreme, yo que venía a invitarte a comer.
Pablo abre rápidamente la puerta.
-Bárbara: ¿Ahora si abres? Que aprovechado que eres Pablo.
-Pablo: no hay que perder nunca oportunidades, ¿Y vamos a comer solos?
-Bárbara: la verdad es que no, he llamado Ariadna y a Sergio.
-Pablo: ¿Entonces vamos a ser dos parejitas?
-Bárbara: tu y yo no somos pareja de nada, no te hagas ilusiones.
-Pablo: me refería a pareja dos persona y dos personas.
-Bárbara: soy ignorante pero no tanto se lo que son parejas. Venga vamos, que paciencia tengo contigo.
Antonio va cabalgando con el caballo, cuando ve a Santos con una mirada triste en la poza, se baja y se acerca hasta él.
-Antonio: ¿Problemas con Marisela?
-Santos: si, no te imaginas la que me formo esta noche.
-Antonio: ¿Qué paso?
-Santos: pues nada, según ella que dije el nombre de Bárbara soñando y luego empezó con el cuento de que cuando se sueña algo es porque se piensa.
-Antonio: ¿Y pensaste en Bárbara?
-Santos: no…, bueno a ti para que te voy a mentir, si. En estos días me ha venido muy fuerte su recuerdo, la otra noche cuando estaba con Marisela era como si hiciera el amor con Bárbara.
-Antonio: Santos de verdad que tu estas perdido, después de todo ahora vienes diciendo que piensas en Bárbara.
-Santos: no lo puedo evitar, pero ya es pasado, asi que nada.
Mediodía.
-Bárbara: Pablo cállate ya, pa que les cuentas tantas tonterías.
-Pablo: Bárbara es la verdad, te derrites por mi.
-Ariadna: da igual Bárbara ya sabemos que a Pablo su cerebro no le termina de funcionar.
-Bárbara: toda la razón, pa que le sirve la cabeza na más que pa decir tonterías.
-Sergio: bueno chicas dejar de meteros con Pablo, que todos sabemos la gravedad de este chico.
Todos ríen divertidos, Bárbara jamás se hubiera imaginado tener amigos en la capital mucho menos que la aceptaran tal y como es ella.
Marisela esta sentada en el sillón esperando a Santos, lleva casi todo el día fuera y tan si quiera se ha preocupado en llegar.
-Marisela: Santos, por fin, quiero hablar contigo.
-Santos: no tengo ganas de discutir.
-Marisela: quería pedirte perdón.
-Santos: te pasaste, pero ya da igual.
-Marisela: ¿Por qué no vienes aquí y nos vamos a la habitación no se.. y hablamos allí?  
-Santos: aquí podemos hablar perfectamente, mira he pensado una cosa, porque no nos vamos un par de días a la capital disfrutamos de la playa,¿Aceptas?
-Marisela: claro que si mi amor, ¿Y cuando nos podemos ir?
-Santos dentro de dos días.
Marisela lo besa, el la besa suavemente, ya no siente nada cuando la besa. Marisela no se imagina que Santos tan solo tiene la intención de encontrar a Bárbara. 
Bárbara llega al hotel, Ariadna la acompaña a la habitación.
-Ariadna: ¿Entre tu y Pablo ahí algo?
-Bárbara: no, ¿Cómo puedes pensar eso?
-Ariadna: no se, porque el te hace feliz y se les ve muy bien juntos.
-Bárbara: pues que bonito todo de cuentito, ahora yo confieso que estoy enamorada, ¿no?
-Ariadna: ahí como eres jajaja, bueno me voy.
Bárbara piensa en Pablo jamás lo vería como algo más que un amigo, para ella el amor por un hombre en el corazón esta enterrado…Continuará.