-Santos: quiero que sea una
niña, fuerte, hermosa como tú Bárbara.
-Bárbara: pues yo sin embargo
quiero que sea un niño y que sea bueno, guapo como…
-Santos: ¿Yo, no?
-Bárbara: claro, mi amor.
-Santos: ven aquí, que quiero
quedarme besándote todo el día.
Santos empieza a besar a
Bárbara, ella sonríe. Al final deciden esperar para el día siguiente irse.
Cuando apenas son las 7 de la mañana Bárbara empieza a llamar a Santos.
-Bárbara: mi amor, vámonos, que
sin no no llegaremos al próximo pueblo.
-Santos: quisiera quedarme aquí
contigo toda la vida.
-Bárbara: venga Santos. No seas
tonto, venga vamos a por los caballos.
-Santos: Bárbara, montar a
caballo no es bueno para ti.
-Bárbara: Santos voy a tener
cuidado, pero venga vámonos.
Marisela tiene una mirada muy
apagada, un nuevo peón se acerca a ella para preguntarle por Antonio.
-Javier: Señorita, ¿Sabe donde
esta Antonio?
-Marisela: yo no hablo con
peones…
Marisela se queda mirandolo es muy guapo, él se va sonriendo por fin ha cruzado unas palabras con ella.
Bárbara y Santos llevan más de
5 horas montados a caballo, el no deja de mirarla para ver como esta.
-Bárbara: me vas a desgastar de
tanto mirarme.
-Santos: por lo que veo estas
muy bien.
-Bárbara: y mucho más fuerte
que tú.
-Santos: eso no lo dudo, pero
¿Segura..?
-Bárbara: que si Santos, no
seas más pesado. Pero venga vamos más rápido que si no anochece y nada.
Marisela necesita desahogarse,
hablar con alguien que la entienda, decide visitar el cementerio. Una vez
frente a la tumba de Lorenzo, habla entre lagrimas y rabia.
Marisela: Papá que mala suerte
he tenido, la diabla me lo ha quitado TODO, la odio tanto Papá. Ahora te
comprendo, el porque le guardabas todo ese resentimiento, ahora mismo solo
quisiera MATARLA, verla suplicándome.
Alguien esta detrás de
Marisela, Cecilia la coge.
-Cecilia: tu no eres a si
Marisela, tu no eres mala. ¿Quiéres perderlo todo, el amor mio que me considero
tu madre, la amistad de las terneras,?
-Marisela: ¿Y dónde queda el
amor de Santos?
-Cecilia: Marisela no se puede
forzar algo que ya no esta.
-Marisela: fue Bárbara que se
entrometió.
Santos se baja del caballo y
detiene a Bárbara, él le ayuda a bajarse.
-Bárbara: ¿Qué pasa, porque
paramos?
-Santos: porque quiero que
comas algo.
-Bárbara: yo puedo aguantar.
Bueno venga ya… porque no quiero discutir.
Santos saca algo de fruta y se
la da a Bárbara…
-Bárbara: no estoy enferma
Santos.
-Santos: yo quiero cuidarte y
punto.
-Bárbara: ¿Aún te tengo que
recordar que fui DOÑA BÁRBARA?
-Santos: fuiste Doña Bárbara,
pero no estabas embarazada.
Santos y Bárbara al poco tiempo
siguen su camino. Al día siguiente. Por fin habían llegado al Arauca, Bárbara
le dice a Santos que se acerque antes de entrar a Altamira.
-Bárbara: recuérdalo siempre, te
amo y nunca dudes de mi.
-Santos: Bárbara yo te amo más Bárbara, me tienes enloquecido.
-Bárbara: bésame mi Santos.
Santos es el que primero entra
a Altamira, todos lo miran sorprendido, Bárbara entra un poco detrás sin que se
den cuenta, Santos entra a la casa y ahí se encuentra a Marisela que al verlo
le pega una cachetada.
-Marisela: eres el peor de los
hombres, el más asqueroso ruin, traídor, ¿A qué vienes a pedirme que no declare
y deje en paz a tu mujercita, a eso?
-Santos: dejame hablar,
Marisela.
-Marisela: no tengo gran cosa
que escuchar de ti.
Bárbara entra de repente y sin
dejar que Marisela pronuncie ni una sola palabra.
-Bárbara: a mi si me vas a
escuchar y te voy a explicar todo. Yo no amo a Santos, lo utilice para robarle
todo, nunca lo he amado. Es más también lo utilice para escapar, pero yo no
quiero nada con este hombre, nada.
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