Capítulo 22: Resentimiento.

-Santos: ¿Qué sabes de ese hombre?
Santos le coge del brazo a Marisela impacientado, ella lo mira burlandose.
-Marisela: sueltame.
Santos la suelta.
-Marisela: solo se lo que van comentando.
-Santos: ¿Quiénes?
-Marisela: ¿Tanto te importa?
-Santos: contestame Marisela.
-Marisela: la gente va diciendo que es un poco extraño, que Bárbara meta a su casa un hombre tan guapo. Yo creo que son amantes.
-Santos: callate Marisela, callate.
-Marisela: ¿Y si, no quiero? Que los celos te comen, te jodes Santos.
-Santos: cállate Marisela.
-Marisela: yo solo digo lo que la gente va diciendo, que tu mujercita tiene un amante y por eso se lo ha traído aquí.
-Santos: eso es mentira.
-Marisela: cree lo que quieras.
A la mañana siguiente, Marisela coge el caballo, la curiosidad la mata por saber que es lo que Bárbara y ese hombre estan haciendo. Mira hacia la hacienda, Javier se pone enfrente de ella, mirandola fijamente, con una sonrisa.

-Javier: otra vez espiando.
-Marisela: y tu incordiando.
-Javier: tan bella y tan amargada.
Marisela le pega una fuerte cachetada a Javier.
-Marisela: a mi me respetas o..
-Javier: ¿O que?
-Marisela: eres un insolente, un simple peón.
Bárbara se acerca al escuchar jaleo, para sorpresa de ambos.

-Bárbara: ¿Qué esta pasando aquí?
-Marisela: tu peón asqueroso, que no me dejaba.
-Javier: eso no es cierto, ella estaba aquí espiando.
-Bárbara: Javier vete con los demas que yo tengo que hablar con Marisela.
-Marisela: te gusta tener muchos hombres, para ti.
-Bárbara: ¿Porque te metes tanto en mi vida?
-Marisela: porque amo a Santos y a ti te odio.
-Bárbara: si tanto lo quieres vuelve con él.
-Marisela: eres una bruja, que lo tienes hechizado
-Bárbara: cuidado con las palabras niña.
-Marisela: se me antoja decirte todo lo que eres, una fulana que te dedicas a hacer daño, a amargarme la vida, una maldita bruja que disfruta con el sufrimiento de los demás, eso eres, lo peor  me das asco. Eres repugnante.
Bárbara le mete una ostia a Marisela, Marisela se la devuelve.

-Marisela: no te tengo miedo, solo asco.
-Bárbara: cállate Marisela, no entiendes nada, abre tus ojos.
-Marisela: gracias a Dios los tengo muy bien abiertos y me da asco saber que tu eres mi madre, te odio.
Marisela coge el caballo y se va, Bárbara esta harta de la situación, ella hubiera deseado que su hija fuera la misma que hace un tiempo. Se echa la culpa de todo. Se va hacia su cuarto e inevitablemente las lagrimas caen sobre su cara.
-Bárbara: yo tengo la culpa de que mi hija haya cambiado.
Bárbara coge el caballo y se dirige hacia el cementerio, una vez allí.
-Bárbara: ai mi viejita, sabes cuando creo que empiezo a querer a Marisela ella me odia más que nunca. Quedarme embarazada me hizo verlo todo de otra manera, ella no tiene culpa de todo lo ocurrido. Pero es todo tan imposible y asqueroso, si ella supiera que no estoy con Santos porque no quiero que sufra más.
Marisela llora en su cuarto chillando desolada.

-Marisela: se tenía que haber muerto en el incendio que yo provoque, tenía que haberse muerto.
Dejando sorprendida a Marisela.
-Cecilia: ¿Tu provocastes el incendio en la Barquereña?